20051001

Marc Bloch, francés, visto por un mexicano


Alfredo López FerreiraProfesor-Investigador Universidad Autónoma de Aguascalientes alopezf@correo.uaa.mx
¡Hola! A continuación te presento una breve semblanza de quién soy y a qué me he dedicado. Mi nombre es Alfredo López Ferreira y soy originario de Michoacán. Actualmente tengo 9 años residiendo en Aguascalientes. Me formé como Licenciado en Historia en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y realicé la Maestría en Historia en El Colegio de Michoacán. Mi trayectoria profesional ha cubierto los campos de la investigación, la docencia, la administración académica y el trabajo en archivos históricos. Desde hace 9 años me desempeño en la UAA adscrito en el Departamento de Historia impartiendo las materias de Geografía Histórica, teniendo la satifacción de haber dirigido dicha unidad académica durante 6 años.
tomado de:
http://educ.ucol.mx/educ/ofertaxcurso.asp?id=421


Marc Bloch: Propuestas metodológicas, teóricas y técnicas de trabajo para la historia rural
ALFREDO LÓPEZ FERREIRA
Departamento de Historia, Universidad Autónoma de Aguascalientes

«El historiador es siempre esclavo de sus documentos, y más que ninguno lo es el que se dedica a los estudios agrarios; so pena de no poder descifrar el jeroglífico del pasado, necesita casi siempre, leer la historia al revés»
Marc Bloch

Tomado de: Revista CONCIENCIA on line
http://www.agseso.com/conciencia/conciencia10/marc.htm

En el presente ensayo repaso y reviso los elementos metodológicos, teóricos y técnicos utilizados por Marc Bloch, el gran historiador francés, propuestos en su libro La historia rural francesa1 , obra que requiere de una relectura más atenta por los estudiosos dedicados al pasado del México agrario y agrícola.
I. Propuestas Metodológicas
1. Método Comparativo
Una propuesta que Bloch consideró indispensable en el estudio de la historia rural fue la historia comparada, así el entendimiento y captación de las originalidades locales no debe de representarse como una «imagen de cuerpo cerrado» debido a que no se podría entender si se le desprende de un conjunto de fenómenos globales, es necesario salir al contorno para discernir su integración dentro del marco general, no obstante el ejercicio debe de realizarse de forma inversa también, tomando de elementos de caso consideraciones universales que expliquen hechos de conjunto. Sin embargo se tiene que trabajar con precaución tratando de evitar confundir el método comparativo con el razonamiento por analogía, practicando adecuadamente la sensibilidad a las diferencias entre diversos medios sociales, que es la propia razón de ser de todo estudio comparativo.
2. Método Regresivo
Un método de estudio se impone a los estudios rurales, según Bloch, por el estado de la documentación es necesario que para interpretar el pasado hay que mirar primero el presente o hacia un pasado muy próximo. No obstante es necesario llevar el método regresivo en una línea de los tiempos en sentido inverso, de etapa tras etapa con la finalidad de descubrir las irregularidades y las variaciones en una secuencia sin saltos.Al echar mano del método regresivo en la historia rural es conveniente tener en cuenta que no se trata de dilucidar los «orígenes» de un hecho social abordándolo desde su período de génesis, se debe de tener presente el conocimiento de la madurez del objeto a estudiar, sólo así en el entendimiento de su pleno desarrollo se evitará el riesgo de buscar el precedente de cosas que nunca han existido. El punto de partida será siempre lo más conocido, reuniendo uno por uno los diversos indicios que ayuden a comprender un pasado más distante y confuso, eludiendo un orden cronológico retrospectivo engañoso. Siendo el mejor inicio de la investigación de una región la realización de un excelente estudio geográfico presente o inmediato.
II. Propuestas Teóricas
1. Problematizar
Nada de lo escrito anteriormente es inalterable, las síntesis y revisiones son periódicamente necesarias, pero es necesario equilibrar estos dos fundamentos.Plantear problemas, ésa es la base de toda la investigación histórica para Bloch, así las investigaciones de ámbito localizado deben partir de interrogantes presentes en los grandes problemas generales de la historia rural. El simple hecho de descubrir problemas, el enunciarlos y sugerir algunas hipótesis de trabajo es ya un gran mérito. Si no se dirige y escoge un estricto cuestionario con método y sin un conocimiento serio de los grandes problemas planteados por la historiografía existente no habrá un buen trabajo a pesar de haber tenido el investigador la paciencia y la seguridad necesarios. Tal vez el problema más difícil de explicar al momento de que el investigador clasifica los datos recopilados sea el de un hecho negativo. Así un buen trabajo histórico es aquel que despertó el interés por nuevas investigaciones.
2. Pasado, presente y evolución
El historiador, insiste Bloch, debe tener «la imperiosa sensación del cambio» ya que sin el «trazado de la evolución», se hace «imposible una verdadera explicación», por lo que ningún estudio de la vida rural puede dejar en la sombra «la evolución de la estructura social, tan estrechamente ligada a la evolución propiamente agraria».En la historia rural, el historiador debe de intentar comprender las categorías mentales del pasado, más que resolverlas, en virtud de sus propias categorías, confusas o absurdas.También, apunta Bloch, tiene que serse cuidadoso con las concepciones jurídicas ya hechas, tomadas de la actualidad al tratar indebidamente de aplicarlas a las sociedades del pasado bajo una concepción de la propiedad que les sea ajeno, para evitar el error de caer en el «espíritu jurídico» de querer ver una época más que por los ojos de sus hombres de leyes. Porque también debe tenerse en cuenta de que «el derecho escrito no es todo el derecho». Pero tampoco hay que olvidar el derecho mirando únicamente la vida.
3. Realidades humanas.
Lo concretoMuchos trabajos de historia rural se han centrado básicamente en aspectos jurídicos olvidando la realidades humanas y no distinguiendo el trasfondo social. Bloch desaprobó a aquellos historiadores para quienes el campesino de ayer parece no haber existido más que para dar sustento a disertaciones jurídicas exhortando a que se miren a esos labriegos olvidados en las orillas de los documentos como seres de carne y hueso, que padecían en campos reales, soportaban verdaderas fatigas y tenían una mentalidad, pues si nos olvidamos de ellos los convertimos en meros fantasmas olvidando que los actores de la historia son los hombres mismos.Además, reitera Bloch, no debe de omitirse el mundo material que rodea a los campesinos, que son cosas que ha creado y que le dominan, porque si la historia no es sensible a entrar en contacto con la tierra, la naturaleza, el agua, el árbol, las casas y otras edificaciones esa historia carece de vitalidad.No debe olvidarse que una fuente de la historia rural son los paisajes, por cierto frecuentemente omitida o restringida en una gran cantidad de estudios sobre México hasta el día de hoy, en ellos encontramos las señales de la actividad humana en el pasado ligados al presente. La experiencia personal en los campos tiene que nacer de una humana simpatía hacia ellos, sin lo cual y a pesar de haberse realizado una paciente y cuidadosa investigación en los archivos quedaría sin terminar si no se hace lo mismo en el terreno, porque insistía Bloch mirar y conocer es «particularmente indispensable para los historiadores».4. Historia rural regional e historia localAunque hay en Bloch una crítica a los trabajos monográficos por ser muy precisos y centrados en un «paisaje humano» pequeño, sin embargo considera y concluye que estos son la base fundamental de la historia rural.Las monografías regionales son los instrumentos que pueden ofrecer una imagen de conjunto en su diversidad del pasado de una determinada sociedad en general. Bloch prefería estos estudios con sus ventajas y sus inconvenientes a estudios más amplios. La razón es que hay que fijarse un marco que no sea demasiado amplio, pero teniendo cuidado no que se ajustaron a las fronteras administrativas actuales o pasadas, ni tampoco a las antiguas circunscripciones eclesiásticas, ni a accidentes o fronteras naturales porque es necesario que la zona escogida tenga unidad real.Las historias restringidamente locales son de gran valía para ir conformando los estudios de los campos en su totalidad, Bloch las definía como «una cuestión de historia general planteada a los testimonios que proporciona un campo de experiencias restringido». No importa que estos estudios contengan información que se considera con frecuencia de escasa valía más allá de ámbito particular de la monografía, sin embargo ahí reside su importancia, porque enlazan el pasado y el presente para servir a una comprensión histórica de los habitantes actuales. La gran deficiencia de estos estudios estriba en su falta de método, bibliografía comparativa y problematizar, por lo que sus limitaciones no permiten mirarla desde arriba y plantearle cuestiones cuyo enunciado debería tomarse de estudios más generales.No debe de olvidarse que al tratar historia rural se debe de tomar muy en cuenta las rotaciones de cultivos y de las técnicas agrícolas ya que de no hacerlo es falsear la historia de los campesinos. De esa «realidad» local, no hay que dejarse llevar hasta eliminar los «elementos más concretos, y para empezar la tierra». Bloch pedía a los estudiosos de la historia rural «ustedes intentan hacer revivir ante nuestros ojos un grupo campesino; ¿cómo lograrlo si no nos muestran antes la tierra nutricia sobre la que ha modelado su actividad y que, a su vez, transformada por los hombres a imagen suya, revela, hasta en la forma de sus campos, la estructura social de la pequeña colectividad de la que es célula?». Finalmente dos deben de ser las preocupaciones esenciales de los historiadores rurales: la investigación social y la económica.
III. Propuestas Técnicas
1. Colaboración entre disciplinas
No se puede acometer el resolver problemas rurales, apunta Bloch, sin la asociación y colaboración de la historia con otras disciplinas como la geografía, la tecnología, la toponimia, la lingüística, la etnografía, la sociología y la psicología colectiva. Así la geografía física va concatenada a la historia rural, ya que el relieve no es más que uno de los factores del análisis de los suelos. También, entre otros elementos, que permiten la mejor comprensión de los espacios rurales está el folclore y la etnografía.
2. Nomenclatura
Un problema de la historia rural, el cual aún sigue vigente hasta el momento, es la imprecisión de muchos conceptos y por diversidad de acepciones que hay, se requiere pues precisiones en el vocabulario para que se arroje claridad y uniformidad, para así sustituir lo que Bloch llama «vocabulario de impresiones» por un «vocabulario racional».
3. Precisiones numéricas
A pesar de la indiscutible utilidad de fuentes con datos numéricos éstos deben de ser tratados de manera delicada, tarea que por cierto en México continúa desatendida, pues un mal manejo produce graves errores y desviaciones, sin embargo con un empleo adecuado aunado a una interpretación y sometimiento a la crítica, las estadísticas agrícolas muestran resultados que sin ellas sería muy difíciles de sopesar.
Notas:
1 Las notas y referencias que se presentan a continuación están tomados de la edición: Marc Bloch. La historia rural francesa: Caracteres originales, Barcelona, Editorial Crítica-Grijalbo, 1978. c